Parlamento Estudiantil – Proyecto “Violencia de género: un problema de todos»

El pasado 10 de Noviembre en el Concejo Deliberante se llevó a cabo la ultima sesión del Parlamento Estudiantil Dimensión: -Derechos Humanos-. Los alumnos de 1ro y 5to año acompañados por su profesora Sandra Ortiz, presentaron el Proyecto “Violencia de género: un problema de todos» que tendrá por objetivo concientizar sobre la complejidad y gravedad de la cuestión, apuntando a generar estrategias de prevención, sobretodo en las poblaciones adolescentes de Rio Cuarto. La jornada fue muy valiosa para los alumnos y agradecemos al nuestro Concejal tutor Dario Fuentes y a Maira y Priscila que nos acompañaron este año en esta excelente experiencia de labor parlamentaria. ¡Muchas Gracias!

Proyecto “Violencia de género: un problema de todos”

Este Proyecto surge en el marco de las asignaturas Ciudadanía y Participación de 1er. Año en articulación con Sociología de 5to. Año, con la fuerte intencionalidad de aportar e intervenir en el fortalecimiento de los Derechos Humanos, esencialmente cuando se trata de grupos en vulnerabilidad social, como lo es aquellas víctimas de algún tipo de violencia de género.
Nos definimos por sostener que el compromiso ético y social de la educación es la formación de hombres y mujeres que sean capaces de promover formas más justas de vivir con otros. Desde aquí se intenta fomentar la práctica de la solidaridad y el respeto por el Otro, mediante la integración de saberes para la elaboración y ejecución de posibles prácticas sociales que a corto y largo plazo y de manera colectiva se conviertan en proyectos de intervención sociocomunitaria.
En este sentido, es que se valora esta oportunidad democrática de participar en el Concejo Deliberante, pues se reconoce la relevancia de ofrecer la oportunidad de realizar prácticas de análisis e intervención en la realidad comunitaria, ya que la experiencia es motor del aprendizaje y puede funcionar como medio para la comprensión del mundo y es aquí dónde nos situamos.
Tomando como perspectiva teórica que encuadra el presente Proyecto a las producciones de la conocida antropóloga contemporánea Rita Segato, sostenemos que la problemática de la violencia de género no es, ni un problema coyuntural, ni un tema de moda, ni una cuestión que sólo atañe a ciertos grupos de mujeres y a ciertos grupos de hombre. En realidad, es una problemática de envergadura socio cultural que requiere una mirada macro y micro sociológica focalizando en la defensa los Derechos Humanos.
Más allá de todo prejuicio escandalizador, Segato ha propuesto una mirada profunda sobre la violencia letal sobre las mujeres, entendiendo a los femicidios como una problemática que trasciende a los géneros para convertirse en un síntoma, o mejor dicho, en una expresión de una sociedad que necesita de una “pedagogía de la crueldad” para destruir y anular la compasión, la empatía, los vínculos y el arraigo local y comunitario. Es decir todos esos elementos que se convierten en obstáculo en un capitalismo “de rapiña”, que depende de esa pedagogía de la crueldad para aleccionar.
Es, en ese sentido, que el ejercicio de la crueldad sobre el cuerpo de las mujeres, pero que también se extiende a crímenes homofóbicos o trans, todas esas violencias, “no son otra cosa que el disciplinamiento que las fuerzas patriarcales imponen a todos los que habitamos ese margen de la política, de crímenes del patriarcado colonial moderno de alta intensidad, contra todo lo que lo desestabiliza”. En esos cuerpos se escribe el mensaje aleccionador que ese capitalismo patriarcal de alta intensidad necesita imponer a toda la sociedad.
Una de las dificultades, de las fallas del pensamiento feminista, es creer que el problema de la violencia de género es un problema de los hombres y las mujeres. Y en algunos casos, hasta de un hombre y una mujer. Cuando en realidad es un síntoma de la historia, de las vicisitudes por la que pasa la sociedad. Y ahí Rita Segato habla de la precariedad de la vida.
La vida se ha vuelto inmensamente precaria, y el hombre, que por su mandato de masculinidad, tiene la obligación de ser fuerte, de ser el potente, no puede más y tiene muchas dificultades para poder serlo. Y esas dificultades no tienen que ver como dicen por ahí, porque está afectado por el empoderamiento de las mujeres, que es un argumento que se viene utilizando mucho, que las mujeres se han empoderado y que los hombres se han debilitado por ello y por lo tanto reaccionan así… no. Lo que debilita a los hombres, lo que los precariza y los transforma en sujetos impotentes es la falta de empleo, la inseguridad en el empleo cuando lo tienen, la precariedad de todos los vínculos, el desarraigo de varias formas, el desarraigo de un medio comunitario, familiar, local… en fin, el mundo se mueve de una manera que no pueden controlar y los deja en una situación de precariedad, pero no como consecuencia del empoderamiento de las mujeres, sino como una consecuencia de la precarización de la vida, de la economía, de no poder educarse más, leer más, tener acceso a diversas formas de bienestar.
En el brote de violencia que tenemos (en Argentina y en muchos otros lugares también) la primera víctima son los propios hombres, pero no lo saben porque no consiguen verse o colocarse como víctima, porque sería su muerte viril. Lo que se llama mandato de masculinidad, es el mandato de tener que demostrarse hombre y no poder hacerlo por no tener los medios. El paquete de potencias que les permite mostrarse viriles ante la sociedad lleva a la desesperación a los hombres, que son victimizados por ese mandato y por la situación de falta absoluta de poder y de autoridad a que los somete la golpiza económica que están sufriendo, una golpiza de no poder ser por no poder tener.
En la violencia contra las mujeres. Es un problema de toda la sociedad, no sólo de las mujeres. No hay espacios donde se pueda pensar cómo se podría restaurar de otra manera la autoridad, la potencia, la moralidad, la soberanía de las personas –muy fundamentalmente la de los hombres– frente a la golpiza económica. La situación es tan inestable, tan azarosa, que hay que ser alguien con gran riqueza, con grandes medios para no percibir esa precariedad de la existencia. Y la precariedad de la existencia lleva a la violencia.
Frente a este estado de cosas, nosotros acordamos por lo planteado por Rita Segato y desde allí nos parece imperiosa la necesidad de actuar no sólo cuando ya aconteció la violencia sino justamente antes de que ocurra.
Es por ello, que por nuestra condición de adolescentes comprometidos con esta vulnerabilidad social, es que optamos por instar a la profunda problematización y concientización en las jóvenes generaciones para que desde el momento mismo de la construcción de las definiciones sexuales y de la madurez psico social, desnaturalicemos concienzudamente los diversos estereotipos construidos históricamente por una matriz conservadora, masculina y heterosexual que nos atraviesan.

• Metodología

Reconocemos que desde diversas instancias gubernamentales y no gubernamentales se viene trabajando en esta línea de manera sólida y rigurosa. Sin embargo, nos parece necesario fortalecer y/o generar más espacios de reflexión en las escuelas y a temprana edad, apuntando a que la cuestión de violencia de género no quede reducida a un abordaje puntual y a veces sesgado y referido sólo al terrible índice de femicidios. Nos parece que debe estar citado, pero hay que abordarlo desde la complejidad, no sólo llegando a la muerte.
Asimismo se valora profundamente las visitas y/o incursiones a las escuelas de especialistas y/o militantes que con generosidad comparten su saber en el aula. Pero suele ocurrir que el planteo queda allí y no logra ni profundizarse ni extenderse al análisis de situaciones cotidianas, familiares y/o escolares que son ejemplo de algún tipo de vulneración de derechos a la integridad física, psíquica y social de la mujer.
Pretendemos a partir de este Proyecto, que la escuela articule con diferentes instancias del gobierno municipal (Organización de DDHH, Mesa de la diversidad, Secretaria de la Mujer, Adolescencia y familia y otras) para generar e implementar un Ciclo de formación, diálogo y reflexión sobre la violencia de género, que funcione con diversas voces de distintos actores sociales y de manera itinerante que vaya de escuela en escuela durante varios encuentros entre el período del 8 de marzo –Día de la Mujer- al 25 de noviembre – Día de la NO Violencia hacia la mujer.
Pretendemos con este Ciclo que los destinatarios sean tanto alumnos como docentes/directivos del nivel medio que se encuentren abocados por un tiempo (4 ó 5 encuentros) a la formación sistemática sobre la temática en cuestión. Quizás un espacio curricular oportuno podría ser las asignaturas Ciudadanía y Participación de 1er. y 2do.
La estructura de contenidos debiera ser definida de manera colectiva por alumnos que expresen sus demandas e inquietudes y por especialistas, docentes y militantes del campo de la violencia de género.
Los aspectos más referidos a su concreción pensamos que se utilicen recursos didácticos al estilo de Taller, donde haya explicaciones teóricas, pero también actividades dinámicas, proyección de películas, análisis de programas televisivos, lectura de canciones, cuentos y poesías, descripción de leyes, desarrollo de casos concretos, experiencias de vida…y demás dispositivos que planteen la complejidad de la cuestión.