El bombero un amigo de mi padre…
Hoy les contaré sobre el Bombero, me quedo pensando en la palabra bombero, en la fonética de cómo suena, BOM… BOM… BERO… BOM…BERO es como un redoble de bombo, suena lleno, llena la boca, llena el ambiente, es magno en su sonido y no dejo de pronunciar BOM… BERO, ¡qué palabra!.
Salgo del hechizo del sonido y me convoco a entender lo que digo con bombero, juego con su significado que también llena y en este caso el alma. Un bombero es un combatiente porque combate la bestia, y el hastío del fuego, salva vidas y las trae de la muerte.
El bombero, ¡qué palabra!… De niño y hasta hoy siempre me fascinó el bombero, esa vocación de humanidad. De niño la palabra bombero, un día se vistió de Petrocelli, creo que así se llamaba , era un amigo de mi padre y fue empleado de su empresa.
Cada vez que entraba al negocio me conmovía ese hombre grande entre los grandes, duro, pausado, sereno, de manos enormes y cara tostada por los fuegos. Un fatídico día se quemó una ferretería y con mi padre fuimos a ver; entre el humo y el fuego casi terminado y desde lejos, veo al bombero que lucha salvajemente, toman algunas cajas y consigue a duras penas, hacer marcha atrás y abandonar el repugno de las llamas. Chamuscado y tosiendo Petrocelli sale y dice con su voz ronca y potente: ¡Ya está casi batallado!… ERA LA PALABRA DEL BOMBERO.
Ingeniero Guillermo Pedruzzi
Leé la nueva Aventura del Conocimiento dedicada al oficio de ser bombero